El 29 de julio de 2025 el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto-Ley que amplía el permiso de nacimiento y cuidado de tres semanas.
A partir de ahora, cada progenitor tendrá 19 semanas retribuidas (32 en familias monoparentales) y dos de ellas podrán disfrutarse de forma flexible hasta que el menor cumpla ocho años.
La vicepresidenta Yolanda Díaz lo presentó como un avance “feminista y corresponsable”. Desde CGT Avanza Pozuelo, sin embargo, no podemos limitarnos a aplaudir: hay que contextualizar, desmontar y exigir.
¿Por qué es un avance desde el feminismo?
- Rompe con el mandato maternal histórico: Al dotar a cada progenitor de un permiso individual e intransferible, el texto desmonta la idea de que el cuidado es “tarea de madres”. Es un golpe a la Brecha de Cuidados de Género que hoy sitúa en mujeres el 75 % de las horas de cuidados no remunerados.
- Repara (parcialmente) la brecha monoparental: El 80 % de las familias monoparentales están encabezadas por mujeres. Reconocerles 32 semanas en lugar de 19 es un reconocimiento explícito de que la ausencia del segundo progenitor no puede traducirse en más horas de trabajo no remunerado para la madre.
- Desmercantiliza el cuidado: Al financiar la prestación con cargo a la Seguridad Social se evita que el coste recaiga sobre las empresas, lo que reduce el sesgo de contratación contra mujeres en edad fértil.
¿Dónde se queda corto?
- La duración sigue siendo patriarcal: La OMS y la propia Directiva 2019/1158 recomiendan mínimo 6 meses exclusivos de la madre por razones de salud materno-infantil. Quedarnos en 19 semanas (cuatro meses y medio) perpetúa la presión para “recuperar el cuerpo” y volver al mercado laboral.
- No ataca la temporalidad ni la precariedad: El 56 % de las mujeres jóvenes en España están en contratos temporales. El texto no modula la protección según la inestabilidad laboral, lo que puede llevar a muchas a renunciar al permiso por miedo a no renovar.
Tres semanas no bastan: reivindicaciones urgentes
– Permiso de 6+6+6 meses: 6 exclusivos para la gestante, 6 para la crianza compartida y 6 más distribuibles.
– Incentivos fiscales a empresas que igualen los permisos masculinos.
– Permiso de lactancia acumulable hasta los dos años.
– Formación y sensibilización permanente en centros de trabajo.
No confundamos migajas con pan
El Real Decreto-Ley 9/2025 es un parche patriarcal con ribetes feministas. Sirve para cumplir la directiva europea sin transformar la estructura que coloca el cuidado en espacios privados y femeninos.
Mientras las políticas no garanticen tiempo, recursos y poder para que mujeres y personas gestantes puedan decidir libremente sobre sus cuerpos y sus vidas, seguiremos celebrando avances que no resuelven la desigualdad: solo la maquillan.
«No queremos más semanas de permiso que prolonguen la precariedad. Queremos una sociedad que asuma el cuidado como derecho colectivo y no como castigo individual.”
> —Colectivo de cuidadoras feministas, 8 de agosto de 2025
